sábado, 29 de septiembre de 2012


Lo de Harvard no fue una conferencia más.  Es cierto, las preguntas brillaron por su sencillez y su provocación, pero lograron su cometido, y pusieron en evidencia los baches y los puntos débiles de una gestión herida. El afán de la presidenta por tener todo bajo control fracasó, las preguntas de los estudiantes no las pudo controlar ni prever.  Hace poco con la advertencia a sus funcionarios de que deben tenerle un poco de miedo,  su obsesión con los medios de comunicación, su voluntad por opinar sobre todo y tener una explicación para todo conforma elementos de una presidenta impiadosa e impulsiva.  Harvard fue testigo privilegiado de todo eso.  Cristina sabia el costo de someterse a tal interrogatorio, pero su deseo de demostrar sus cualidades de oratoria y de “profesora de economía y política internacional” en la universidad mas prestigiosa del mundo fue mucho mas fuerte.
Se confió y ella mismo reconoció que se vio sorprendida por la cantidad de preguntas relacionadas a su escaso dialogo con el periodismo.  Y en que momento vienen estas preguntas, sumado a la irreparable frase sobre La Matanza que retumbó en los títulos de los portales de noticias de acá y del mundo, en un clima sumamente desfavorable.  Los sectores medios  y altos saliendo a la calle es un hecho que preocupa pero que puede soportarse, pero lo que debería alarmarlos es que hay un gran sector de la sociedad, que no pertenecen a estas clases y que muchos de ellos si votaron a cristina en octubre y están observando expectantes pero con disgusto las recientes apariciones de Cristina, esto sumado a la debacle económica que es el punto por el que orbitan la mayoría de las expresiones de malestar en la sociedad argentina.  Con una economía que flaquea los errores se maximizan  y los costos se multiplican.  Su banal intento por recomponer la relación con un tweet que dice “un beso a la matanza, de corazón” o el subsiguiente que hablaba de como los quería mas ahora que estaba afuera, no hicieron mas que profundizar y ratificar su particular incoherencia, que antes llamaba un poco la atención pero podía pasar desapercibido, hasta carismático, pero ahora en cambio solo se tratan de chistes de mal gusto.  Cualquier asesor electoral se hubiera agarrado la cabeza al escuchar a Cristina pronunciar esa frase, justo la Matanza el distrito mas poblado del conurbano bonaerense con mas de 1, 200,000 habitantes.   Otra cosa que me llamo la atención fue que por twitter y youtube el gobierno publicara la conferencia, quizás como una estrategia de minimizar el hecho y decir “acá no hubo nada raro”.  Sus intentos de disciplinar a los estudiantes que preguntaban, al borde de humillarlos, parece una estrategia interesante si su objetivo era dificultarles la repregunta.  No había lugar para estas principalmente porque cuando el estudiante atinaba a comentar algo Cristina enseguida se interponía con habilidad.  Yo diría que eso muestra su terror a la contraparte, pero su decisión de dar 2 preguntas mas de las ya establecidas me hizo creer que ya tenía poco perder, y solo quedaba timbear sus últimos pesos en la ruleta de las preguntas.

Pareciera que se estuviera acelerando el desgaste de gestión quizás por el abuso de la cadena nacional, o de las restricciones, o cierto contagio de malestar social, o los traspiés o contradicciones habituales.  El profundo enojo en ciertos sectores de la capital y otros puntos del país, los escraches, y la ultima manifestación de esta irritabilidad en las preguntas incisivas de los chicos de Harvard no hacen otra cosa que evidenciar una contrarespuesta a un modelo que desde un principio se ha caracterizado por dividir a la población.  El peligro de estas estrategias que ya tenés de entrada un importante sector que se va a oponer con énfasis a todo lo que hagas y digas, y tendrás que procurar mantener el apoyo en el sector afiliado, e intentar avanzar sobre los neutrales.  Creo esto ultimo lo hizo y se pudo observar en las ultimas elecciones, la gente sin saber a quien votar se inclinaba por Cristina. Ahora bien, el sector que siempre estuvo en contra, sigue en contra pero ahora lo hace mas evidente, y los que apoyaban pero hasta ahí están distanciándose, y lo que puede ser aun mas alarmante seria que en los próximos meses los que estuvieron siempre y de entrada comiencen a dudar.  Eso se verá en las internas políticas, porque las políticas astutas en detectar el ánimo popular se adelantarán a los hechos, a veces hasta de manera involuntaria.
 El gobierno no tiene vuelta atrás, su rumbo ya esta prefijado y no tienen alternativas de cambio.  Quizás un gobierno mas moderado tendría mayor posibilidad de recomponer las cosas, seria mas creíble y habría un mayor grado de compasión pero en este caso el gobierno ha dado demasiados síntomas de permanente intransigencia,  de redoblar la apuesta siempre que estuvo acorralado y de constantes incoherencias que habilitaban una tímida desconfianza que ahora se verá incrementada . A veces salió “ganando” a veces no...(Entre comillas porque habría que analizar si gano realmente o solo se trato de una perdida al largo plazo).   Hace unos días escuchaba a Steve Jobs decir una frase de uno de sus socios en Apple que le dijo “mi función en Apple es comandar un barco, con un agujero en la base, hacia su mejor destino”.   Solo les queda apaciguar el descontento sin grandes expectativas  y procurar terminar, como debe ser, la gestión por la cual fueron encomendados.